Hasta el próximo 31 de mayo podrán ser chefs con proyectos transformadores con impacto en las áreas de innovación, tecnología, educación, medio ambiente, salud, industria alimentaria y desarrollo social o económico
El premio Basque Culinary World Prize reconocerá a chefs con iniciativas transformadoras en su sexta edición, cuyas nominaciones abrieron hoy, después de que en su pasada edición incidiera en el papel que podía jugar la cocina “en medio de los devastadores efectos de la pandemia”.
De acuerdo con la nota de prensa de la facultad gastronómica donostiarra, el Basque Culinary World Prize seguirá apostando “por la fuerza transformadora de la gastronomía, con historias inspiradoras de chefs como los que en tantas partes hoy generan impactos sociales desde la cocina”.
Este premio “pionero y global” está respaldado por los mejores cocineros del mundo, después de que fuera creado por Basque Culinary Center y el Gobierno Vasco con el objetivo de celebrar el impacto que la gastronomía puede tener cuando los chefs usan su creatividad, conocimiento, liderazgo y emprendimiento para generar un cambio dentro de la sociedad.
Después de cinco años de andadura, este galardón es considerado en algunos ámbitos como el Premio Nobel de la Gastronomía y pretende provocar una conversación global, especialmente sobre el importante papel de la cocina a la hora de lograr un cambio social.
En su sexta edición, profesionales e instituciones del sector gastronómico podrán nominar hasta el próximo 31 de mayo a chefs con proyectos transformadores que tengan impacto en áreas como la innovación, la tecnología, la educación, el medio ambiente, la salud, la industria alimentaria y el desarrollo social o económico, entre otros.
El ganador recibirá 100.000 euros que deberá destinar a un proyecto de su elección que exprese el poder transformador de la gastronomía.
José Andrés, último ganador. El año pasado, el cocinero José Andrés fue proclamado ganador de este premio por “aportar una respuesta global y colaborativa desde la gastronomía a uno de los retos mundiales más apremiantes de la actualidad” con su proyecto colectivo World Central Kitchen, para hacer frente a la situación provocada por la covid-19. Ahora, en 2021, el premio también busca un “nuevo embajador que encarne de manera contundente la implicación de la restauración en el ámbito internacional”.
Los organizadores recuerdan que esta distinción apela al conocimiento colectivo de la comunidad gastronómica, para descubrir a profesionales culinarios de todo el mundo, y está abierta a cualquier chef con experiencia profesional en el sector, independientemente de su cultura culinaria, nacionalidad o notoriedad.
El ganador de este año será seleccionado en julio 2021 en una reunión virtual de un jurado interdisciplinar, presidido por Joan Roca y formado por algunos de los chefs más influyentes del mundo, entre los que se encuentran los vascos Andoni Luis Aduriz y Eneko Atxa, el italiano Massimo Bottura, la brasileña Manu Buffara, el estadounidense Dominique Crenn, la danesaTrine Hahnemann y el mexicano Enrique Olvera.
Como recuerda el Basque Culinary Center en su comunicado, el premio ha tenido «un gran impacto» a la hora de destacar el trabajo de chefs a la vanguardia del cambio y dar visibilidad a las historias inspiradoras de profesionales que aprovechan sus conocimientos para tratar problemas como el cambio climático, el desperdicio de alimentos, la biodiversidad, la inserción social o los problemas generados por la actual pandemia.
Otros premiados. En ediciones anteriores fue otorgado a Anthony Myint (2019), chef estadounidense que afronta a través de la gastronomía el cambio climático; al escocés Jock Zonfrillo (2018), quien trabaja por preservar la memoria alimentaria de los pueblos originarios australianos, y a la colombiana Leonor Espinosa (2017) por reivindicar el saber ancestral de poblaciones de su país.
En la edición inaugural de 2016, la distinción fue concedida a la venezolana María Fernanda di Giacobbe y a su iniciativa basada en la educación, el emprendimiento, la investigación y el desarrollo, que se articula en torno al cacao como fuente de identidad, cultura y riqueza económica en su país.
Fuente EFE