Rosanna Di Turi González @Rosannadituri
La receta creada por Eliodoro González P. permanece felizmente vigente y lista para seguir acompañando la Navidad de los venezolanos. Recibió una merecida mención en los Tenedores de Oro 2019 de la Academia Venezolana de Gastronomía
La receta original del Ponche Crema, escrita por Eliodoro González P. está separada en tres y resguardada en tres cajas de seguridad de bancos distintos, cuenta José Mandry, uno de los dos maestros poncheros de la marca, junto a Enrique Cardenas.
“La receta solo la ves una vez y no completa pues nunca se juntan las tres partes por seguridad. Es algo muy emocionante, pero también lo es formar parte de algo que tiene tantos años y en lo que tan pocas personas han formado parte. En 120 años yo soy el séptimo maestro ponchero y solo han sido 10”, comparte Mandry. “Tienes la responsabilidad de que el sabor de la Navidad venezolana no cambie nunca. La receta nunca, nunca ha sufrido una variación. Se ha hecho igual siempre”, comparte Mandry.
“La receta es la única que existe, no hay copia ni nada escrito acerca de cómo se fabrica. Todo queda guardado en la mente de cada maestro ponchero. Somos como una cofradía”, revela Mandry.
Honores merecidos
En 2019 Ponche Crema recibió una muy merecida mención de los Tenedores de Oro otorgados por la Academia Venezolana de Gastronomía. “Estamos orgullosos de haber recibido este reconocimiento haciendo honor a una receta que ha acompañado las mesas durante 120 Navidades. En estos años ha estado allí para complacer el paladar de todos. Este premio nos compromete a seguir acompañando a todos los venezolanos en las próximas 120 navidades”, comparte Pablo Monsant, presidente de la compañía.
“El secreto de nuestro éxito es que nuestra fórmula secreta mantiene el sabor único y original de Ponche Crema. Es una tradición familiar que se ha mantenido de generación en generación. Somos una empresa con visión de futuro fundamentada en el pasado”, detalla Monsant.
Oficio de pocos elegidos
Aprender a ser maestro ponchero amerita tiempo y dedicación. «Es un proceso largo. Cuando eres designado comienzas a asistir a la sala de pailas donde fabricamos, te familiarizas con la receta. Es un proceso un poco engorroso pues debes empezar a dominar una serie de aspectos teóricos que luego pondrás en uso en la práctica. Es un proceso de más o menos tres años. Todo lo vas aprendiendo del maestro ponchero que te va enseñando», comparte José Mandry. Eso explica porqué, entre las normas que cumplen, además de la obvia discreción, está la de no viajar juntos.
El sabor y la receta continúan intactos. «Pueden cambiar las máquinas. Antes se cocinaba en la cocina de la casa. Hoy lo hacemos de manera industrial. Pero la esencia es la misma y aunque el proceso está industrializado con equipos, los maestros cocinamos y le damos el punto igual que si estuviésemos en la cocina de la casa. El proceso la industrialización llega hasta un punto. Lo demás lo hacemos en grandes tanques pero de la misma manera que lo hizo Eliodoro», comparte Mandry. «Esa es la magia que tenemos nosotros, los maestros no solo tocamos botones, cocinamos literalmente y el punto de cada gota del producto se lo damos nosotros mismos».
Este año, luego de seis sin hacerlo, retomaron la elaboración del Ponche Crema de café. «De verdad viene muy bueno. Es una variación de la receta. Una innovación de la compañía, desarrollada partiendo de la receta original por los maestros poncheros». comparte Mandry.
«Toda mi vida he estado en Ponche Crema. Cuando mi papá, José Rafael Mandry, me llevaba de pequeño a la planta y decía que a la sala de pailas no se podía entrar sin el permiso de un maestro ponchero, era un misterio. Y yo después de años autorizo a quien entra a la sala de pailas».
Parte de la maravilla de Ponche Crema es que «no tiene aditivos ni preservantes y no se daña ni se separa. En la nevera puede durar tres o cuatro años», y aquí cabe la pregunta. ¿Quién resiste tres años con un Ponche Crema en la nevera sin tomarlo? «Cuando la gente me pregunta, respondo en broma que dura una semana porque la idea es que se lo tomen rápido» comparte Mandry. Y completa: «El Ponche Crema se mantiene inalterable durante muchos años mientras no lo tengas cerca de fuentes de calor o luz directa del sol».
En su casa tienen una tradición. «Se toma Ponche Crema de hace un año. Este año tomamos el fabricado el año pasado», comparte Mandry. Un reto solo apto para un maestro ponchero.
«Para tomarlo es mejor frío de la nevera. Se puede tomar con hielo, pero el hielo se derrite», recomienda.
Historia en crema
Eliodoro González P. fue un venezolano visionario y ejemplar. Nació en Guarenas en el año 1871, explica la página web de la marca. «Un caraqueño de principios de siglo, químico, perfumista, inventor de bebidas, publicista antes de la publicidad, visionario», detallan. “Fundó su Licorería Central en la zona más comercial del centro de Caracas. Se interesó también por la química y fue entonces cuando decidió hacer perfumes, para lo cual mantenía relaciones con la gente de Jean Marie Farina, de Francia”.
Luego comenzó a experimentar con bebidas a base de leche, huevos, azúcar y alcohol a base de uva, hasta lograr la receta del Ponche Crema. La que se precia de ser “uno de los secretos industriales mejor guardados del mundo”.
Creó en 1900 algo único. “Fue registrado como producto de su propia invención, dando prueba de sus ingredientes, pureza y calidad. Fue en 1904 cuando el mismo Cipriano Castro, presidente de los Estados Unidos de Venezuela, hizo constar de su puño y letra el otorgamiento de la patente”, explican en la página web de la marca.
Con orgullo viajó por el mundo para mostrar sus atributos y cosechó importantes premios. “Eliodoro González P. emprendió largas travesías por mar, viajó por América y Europa, para mostrar su creación criolla tan maravillosa. Uno a uno, fue visitando los eventos más prestigiosos donde competían alimentos y bebidas del mundo entero. Ponche Crema causó sensación en la Feria Mundial de San Luis, Missouri, la primera feria que reunió los inventos y novedades del siglo XX. De igual manera, los ingleses le otorgaron el premio Grand Prix, en Londres. Fue recibido cálidamente en la Exposición Marítima Internacional de Burdeos y en el Salón de Alimentación e Higiene de París”, detallan en la página web de la marca.
Un orgullo venezolano que permite brindar por la constancia, mantenida con tenacidad y excelencia.