El auge de los emprendimientos cerveceros artesanales ha sido vertiginoso en estos últimos años. Casi en todas las ciudades del país hay alguien que se ocupa de fermentar granos en un garage para producir cerveza de manera empírica. Unos prosperan, otros se quedan en el intento, pero siempre hay un avance positivo y todo indica que seguirá aumentado.
Entre los principales emprendimientos cerveceros artesanales nacionales uno de los más interesantes y sustentables fue creado en el año 2000, en el estado Mérida, y se llama Mito Brew House. Fundado por tres hermanos egresados de la Universidad de los Andes, Roberto, Gianpaolo y Nicola Di Zio, en 2010 dejó de ser un entretenimiento casero para transformarse en una empresa de valor con un plan de negocios alejado de sueños y centrado en la realidad.
Luego de formarse en el oficio cervecero en diferentes partes del mundo, especialmente Alemania y Estados Unidos, diseñaron su propia planta, la construyeron con materiales nacionales y, conscientes de las dificultades para acceder al mercado de divisas, optaron por materia prima 100% nacional: agua, cebada y lúpulo, procedentes de las montañas andinas merideñas. Sí, cebada y ¡lúpulo!
El hecho de disponer de materia prima nacional hace que Mito Brew House no tenga que depender de importaciones ni de divisas para crear sus productos, lo que obviamente los coloca en una situación preferencial frente a la competencia. Lo malo, para los caraqueños, es que la fábrica está ubicada en Mérida y las dificultades de transporte hacen difícil su distribución en zonas fuera de los Andes.