Ana María Matute
La marca que ya está en boca de todos ha perfeccionado sabores clásicos y asumió la pandemia como un reto para ofrecer productos novedosos como el kit de galletas para decorar en casa
En plena cuarentena por el coronavirus, muchos padres se vieron en la necesidad de inventar actividades para distraer a sus hijos. Fue así como surgió la idea de armar un kit con galletas y glaseados de colores que pudiera llegar a las casas para entretener a toda la familia. La idea se le ocurrió a la gente de Petit Petit, una pastelería que funciona desde marzo con delivery y pick up y una calidad excepcional.
Los responsables detrás de esta marca son Victoria Galarraga, Arminio Borjas y Verónica Ochoa, que hace nueve años se les ocurrió la idea de vender tortas clásicas para todo tipo de eventos. Se sirvieron de Victoria, que es chef y que ama la pastelería, para asegurarse de la calidad y la originalidad de las ofertas.
“Victoria es una excelente chef, pero además tiene una habilidad excepcional en las manos para crear las decoraciones. Ella no es de inventar combinaciones locas, sino más bien clásicas y de buen gusto, pero sobre todo con sabores profundos que destacan”, explica Conny Tovar, encargada de coordinar todo lo que sale del taller de Petit Petit.
Cuenta Tovar que todo comenzó en un taller que instalaron en la casa de Ochoa. Allí comenzó la producción por encargo y el boca a boca les ayudó mucho. La reputación de las tortas y la belleza de los decorados hicieron su trabajo. Luego abrieron una tienda en el centro comercial Galerías Prados del Este, que cerraron precisamente cuando comenzó la cuarentena en el país.
Ahora producen en un taller ubicado en La Campiña, desde donde salen diariamente tortas de diferentes tamaños, postres clásicos como la pavlova, pero también el original kit de galletas para decorar.
Grandes en sabor
Como la cuarentena imponía la necesidad de llegar a las casas, idearon tortas que conservaran todo su sabor y su decoración intacta y que fueran rápidas de producir. “La gente demandaba postres para comer en su hogar o para pequeñas celebraciones en familia, entonces surgió nuestro menú de tortas exprés, que vienen en varios tamaños de acuerdo con la cantidad de personas que las va a consumir”, explica Tovar.
No por ser exprés dejan de ser bellas. Son tortas altas, de capas esponjosas, rellenas y cubiertas con crema de mantequilla de acuerdo con los sabores deseados. Incluso pueden personalizarse. Y las opciones son choco-choco, parchita, red velvet, choco maní, praliné, zanahoria, arequipe-caramelo y marmoleada con chocolate o arequipe. También Galarraga se esmera si le encargan una torta decorada con fondant. Sus figuras son limpias, creativas y de colores vivos.
“Los kit de galletas pueden ser temáticos. Tenemos de cohetes y el espacio, de dinosaurios, de Barbie y muchos otros. La verdad, si una mamá se pone a comprar los ingredientes y los utensilios para hacerlas en casa le saldría demasiado caro, sin contar los viajes por Caracas buscando todo. Nosotros mandamos 6 o 12 galletas de las figuras que quieran con las bolsas de glaseado de colores. Es algo que ha tenido mucha demanda porque los niños en casa pueden desarrollar una actividad creativa y al final darse el gusto de comerse las galletas que hicieron”, explica Tovar.
Tienen la opción de cajas grandes para varios niños, que han pedido mucho para celebraciones pequeñas en casa.
Ahora han incluido en el menú una torta que se llama Tres Eme, que que lleva una capa de marquesa de chocolates, otra de mousse de chocolate y otra de merengue. La recomiendan como postre y para las meriendas de fin de semana.
No dejan de innovar. También ofrecen “chuches” que son bolsitas de galletas, las tradicionales polvorosas o los suspiritos. “Queremos seguir creciendo y ampliar mucho más nuestras ofertas siempre con la mejor calidad y los mejores sabores, concluye Tovar.