La moda universal del Spritz, aperitivo que combina Aperol y Prosecco, ha dado un buen empujón al espumante italiano, entre los más famosos del mundo, que se produce en grandes volúmenes en el área de Prosecco -los mejores son los de Valdobbiadene, de acuerdo con los expertos-, localizada en el noroeste de Italia, entre Friuli y Veneto.
Originalmente, Prosecco era el nombre de la uva con la que se elabora este vino, cuyo nombre se cambió a glera con el fin de proteger la región italiana. El espumante es la variante más preciada y su proceso de elaboración el más complejo: exige una segunda fermentación, en tanque cerrado, método conocido como Charmat.
En este proceso se agregan al tanque los vinos base y una mezcla especial de azúcar y levadura, llamada licor de tiraje. A medida que la levadura consume el azúcar y fermenta, libera CO2, lo que hace que el tanque se presurice y, como la presión no tiene a dónde ir, carbonata el vino.
Una vez que se completa el proceso este vino descansa aproximadamente 3 meses antes de filtrarse y añadirse una mezcla de vino base y azúcar en cantidades variables.
Es necesario aclarar que muchos prosecco también se elaboran con el método champenoise, lo que quiere decir que su segunda fermentación se realiza en botella. Son vinos más refinados y de burbujas discretas.
El coctel. Volviendo al Spritz y al impulso que le dio al prosecco vale la pena saber que la palabra con el que se designa es de origen germánico y significa verter -“spritzen”-, y que su origen se atribuye a los soldados austríacos quienes, a principios del siglo XIX, “cortabar” con agua, con o sin gas, a los vinos venecianos, a los que consideraban demasiado fuertes.
El método también se utilizó con otros alcoholes amargos, como el Aperol -principal ingrediente del coctel- que se produjo por primera vez por iniciativa de la compañía italiana Barbero 1891, cuya sede está en Padua, y que en 1919 fue presentado como digestivo en la Feria Internacional de la localidad italiana Padua. Más de 80 años después, en 2003, fue vendido al Grupo Campari y, con la transacción, el Aperol ganó alcance internacional.
Los nuevos dueños supieron sacarle provecho apoyándose en la tradición tan italiana del aperitivo: crearon el Aperol Spritz, elaborado con una base de prosecco y el coctel conquistó al mundo. Eso sí, no lo hizo solo. Requirió de una gran inversión de mercadeo y comunicación realizada que en varios países pero, muy especialmente, en Estados Unidos.
La receta. Para la preparación de un Aperol Spritz se necesita una copa de vino llena hasta el tope de hielo, en la que se verterá una mezcla compuesta por 2 partes de prosecco -también puede utilizarse cava u otro espumoso-, 2 de Aperol, 1 de soda y una rodaja de naranja. Es verdaderamente refrescante, atribute por el que más se valora.