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Un venezolano llevó a la cima al aceite de oliva Henri Mor

ILEANA MATOS
@improductora

Henri Mor no deja de ganar reconocimientos y nuevos mercados. Con apenas cuatro años en las ventas internacionales, el aceite de oliva que elabora Henri Alegría ha sido reconocido con 42 premios internacionales y su arbequina, el tipo de aceituna con el que lo elabora, es la segunda más premiada del mundo. ¿Más? El producto se utiliza en las cocinas de 21 restaurantes con estrella Michelin y está presente en anaqueles comerciales de 9 países. Venezuela, por supuesto, integra la lista.

Alegría es nieto de inmigrantes españoles que llegaron a Venezuela en busca de un nuevo horizonte, que encontraron en un pueblo cafetalero aragüeño donde abrieron un restaurante de comida española. Hace cuatro años que regresó a la tierra de sus abuelos.  

“Esta historia comienza con un viaje a Juncosa, municipio español de la provincia de Lérida, localizado en la comarca de Las Garrigas, en Cataluña”, cuenta Alegría, apasionado de la gastronomía y del turismo, que llegó a España en busca de sus raíces. No solo encontró el molino de aceite familiar, sino un producto extra virgen que rápidamente le ofreció su calidad. “Sabía que tenía entre mis manos una gran materia prima, pero también que era necesario convertirla en un producto excepcional y, para ello, fue necesario cambiar desde el proceso de cultivo en el olivar hasta los parámetros de operación en la almazara”.

Alegría comenzó a asistir a eventos internacionales relacionados con aceite de oliva. En uno de ellos conoció a Brígida Jiménez, experta catadora de aceite de oliva y jueza de la competencia, quien aceptó ser la mentora de Henri Mor. “Comenzamos una tarea ardua que inició con la selección de las parcelas en la finca de Juncosa, el monitoreo de los campos y la selección de las mejores olivas”, explica Alegría, sin dejar de reconocer que uno de los mayores inconvenientes que afrontó fue la introducción de cambios en todo el proceso que exige elaborar un buen aceite de oliva.

“Al principio no nos entendían, pero fuimos superando escollos hasta que llegó el gran día: la primera cosecha y su moltura”, explica el productor. Los ajustes continuaron, nació Reserva Privada, -que como el resto de los aceites de la casa ofrece notas frutadas, es ideal para cocinar pescados y mariscos, como aderezo para ensaladas y vegetales, y para acompañar pan y tomate- al que le bastó un año para conseguir su primera Medalla de Oro en la NYIOOC en 2017.

Desde entonces todo ha sido trabajo y crecimiento. ¿El resultado? Además de la incorporación de dos nuevas líneas, Reserva Familiar y 100% Ecológico, la gran cantidad de reconocimientos internacionales –el Gold Singapore Awards 2020 en febrero pasado, y el Silver Award BIOL 2020 en mayo-, y la firma en abril de un acuerdo de exportación que le abrió a la marca las puertas de dos nuevos mercados: Rusia y Panamá.

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