Ana María Matute @anammatute
Una empresa familiar, enamorada del valle de Chirgua en el estado Carabobo, es la responsable de la marca que trae al mercado queso de cabra 100% naturales
iKabra comenzó a partir de la idea de hacer más productivas las 7 hectáreas de un fundo ubicado en el valle de Chirgua, municipio Bejuma del estado Carabobo. Desde 1998 las tierras solo estaban destinadas para el cultivo de hortalizas, pero en 2014 llegaron 11 cabritas y la historia cambió.
Los esposos Ramón Marcano y María Gabriela Figueroa se embarcaron junto con los padres de él en la aventura de criar cabras. Investigaron, se asesoraron con veterinarios especialistas y cuando estuvieron listos, en 2017, comenzaron la producción de quesos.
“Siempre nos ha llamado la atención la idea de comer sano y sabíamos que la leche de cabra aporta muchos nutrientes y es mejor tolerada que la de vaca, por eso quisimos aprender a elaborar el queso, pero eso pasaba por cuidar a las cabras”, cuenta Figueroa. El terreno es fértil, el clima es benévolo y los animales tienen todo el ciudado y el amor que necesitan.
En la actualidad tiene 80 cabras, de las cuales la mitad apenas son cabristonas. Toda la leche que producen es procesada en el mismo fundo para elaborar varios tipos de quesos. “No se pierde nada y no les agregamos nada sino los fermentos. No les ponemos ni aditivos ni conservantes”, explica Figueroa. Producen semanalmente y eso es lo que comercializan, por lo que la frescura es garantizada.
“Tenemos varios productos, pero el primero es un queso de cabra fresco, de sabor y textura suave. El segundo es un queso tipo llanero que nos encanta porque se puede rallar como el queso tradicional venezolano de vaca, ese con el que crecimos todos desde niños”.
Además de estos dos productos, tienen uno semimadurado, con envejecimiento aproximado de tres meses; y uno madurado, que tiene una maduración de cinco a seis meses. Hacen ricota y un untable con varios sabores, el natural, con pesto y con miel y almendras. “Cuando el queso de cabra se pone a madurar, cambia la textura, se pone más firme y su sabor se intensifica”, explica.
La entrella ahora son los tequeños de queso de cabra. Su sabor es sutil y la consistencia del queso es perfecta para freír, con lo que el resultado es un bocado dorado con el queso semiderretido por dentro.
“Tenemos planes de seguir creciendo con varios productos que estamos probando. Este valle es una bendición y nuestra familia está enamorada del campo, por eso le ponemos ganas a lo que hacemos”, confiesa Figueroa.
Los productos pueden encargarse a domicilio con la certeza de que llegarán muy frescos a su casa. La cuenta de Instagram es @ikara.